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lunes, 17 de junio de 2013

Escudados.

Tras cuestionarme todo este tiempo “¿por qué?”, aprendí, aunque mucho más tarde, a preguntarme “¿por qué no?”.

"Nos quedan horas por quemar.
Nos queda la esperanza si hoy
la función no se acaba."
Vetusta Morla






Usémonos. Sin miedo, con ganas, como siempre hemos hecho. Con las risas, con las lunas, con las horas efímeras como amapolas recién cortadas. Con la piel puesta, con las prendas al suelo, sin rozarnos, siendo música. Siendo. Hagámonos daño y curémonos después. Que no haya risa sin llanto. Hagámonos bien.

Busquémonos. Como deseamos, como necesitamos, como el tiempo a las horas, como el sol a la noche. Como los pinceles a los lienzos o mis dedos a la vida. Como nos busca el sol cuando sabemos ser. Como se buscan el rojo y el violeta en los atardeceres.
Aún hay tiempo. Nos quedan siestas en la alcoba, heridas por hacer y por curar, arena que pisar, césped que rozar, cielos que nos vigilen, noches llenas de magia. Veranos y otoños, los tuyos y los míos.

Tienes un “tú”, tengo un “yo”. Creemos un “nosotros”. Un “nosotros” nuevo, desconocido, auténtico, único, que nadie logre entender, que sólo comprendamos si es en común.

Y si no, dime: ¿acaso hace falta que lo entienda alguien más?

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