Vistas de página en total

martes, 11 de junio de 2013

Esencia.

"Le has prestado a la tarde
el color de tus ojos
y, a estas horas,
azul es hasta el aire
que respiro."

Javier Salvago.



No se va. Aunque quiera, aunque me esfuerce. No lo hace.

No desaparece por mucho que no quiera verle, ni aunque el tiempo pase. No se va.

Está en cada rincón de la alcoba, en la música, en los libros. En las aceras, en el olor (tu olor) de mi ropa. En mis manos, en la tinta, en mis ojeras. En mis noches cuando sueño, en forma de ti.

Me mira y me atraviesa cuando me asomo al balcón y no te encuentro.

Duerme conmigo desde aquel día, con aquellos brazos que no son tuyos, con los besos que me da la noche.

Me mira fijamente todo el día y me sonríe, sabiendo que no puedo, sabiendo que me puede.

Me agarra el corazón con sus manos de espino y ahuyenta a la vida, para que se olvide de mí, para que tarde o temprano me olvide yo de ella.

Es él quien me acompaña a casa y a quien alumbran las farolas cuando camina por las noches junto a mí en las calles negras.

Comencé siendo yo, comenzó siendo él, y acabó siendo un nosotros tan intenso que escasa es la parte de mí que queda por absorberme. Cada vez son menos los poros que le quedan por devorar.

Cada vez más él, cada vez menos yo. Cada vez menos esencia, cada vez más dolor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario