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martes, 12 de junio de 2012
Compañero de Viaje
Todos los días nos miramos en el espejo. Pero llega el día en que nos miramos y, además, nos vemos. Es entonces cuando pasa. Miras tus manos, amargamente, pensando qué has hecho, qué haces y qué harás a partir de ahora, desde que al fin nos hemos visto. Es ahora cuando apreciamos ese olor que impregna nuestra ropa, que otros ya habían olido, y que convive con nosotros desde Dios sabe cuando, sin que lo supiéramos.
Una vida correcta, una familia correcta, un trabajo correcto, para finalmente llegar a aquello a lo que el ser humano le huye.
Mirando aún nuestras manos, levantamos la vista, que llora, y nos asustamos al verla en el espejo, pues desconocemos completamente cuándo la imagen del fracaso desaparecerá de él.
domingo, 10 de junio de 2012
Intertextualidades
Y otra noche más, una vela se consume, mientras miro su llama.
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